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199710
Octubre 1997
Lucas 6:36-38¿Qué significan las palabras de Jesùs: "No juzguéis, no condenéis"? A veces se ha pensado que hacían referencia a la dureza excesiva de los juicios. Pero, si era esta la intención, ¿por qué no habría dicho: "Juzgar con moderación, no condenéis con severidad"? ¿Qué quiso decir? Lo que sigue puede darnos una pista. Jesùs añade: "No seréis juzgados, no seréis condenados." No invita sólo a no juzgar a los demás. ‚Sus palabras también nos liberan de las preocupaciones de los juicios que nosotros mismos podríamos merecer! Nos sacan del mundo de los derechos y de los juicios.
Es posible alejarse de la "justicia" en dos direcciones diferentes. Por un lado está la injusticia, pero por otro está esa nueva forma de existencia que el Evangelio llama el Reino de Dios. La acogida otorgada al hijo pródigo y el salario que recibe el obrero de la ùltima hora (Lc 15.11-32; Mt 22.1-16) no son "justas" en sentido estricto. Sin embargo, la medida del Reino de Dios, la compasión, es de otro tipo: buena, apretada, remecida, rebosante" (v.38).
Cuando pretendemos enderezar una situación con críticas y exigencias, obtendremos en el mejor de los casos lo que estimamos conveniente y justo. ¿Y si Dios quisiera darnos más, abrirnos a una perspectiva inesperada? El Reino de Dios es sorprendente. A quienes buscaban trabajosamente obtener una mejora por medio de juícios y condenas, Jesùs les dice un día: "Vosotros no entraréis en el Reino de los Cielos, y a los que están entrando no les dejáis entrar" (Mt 23.13). No juzgar significa acechar y acoger el milagro de Dios en los demás y en su propia vida.
¿Qué significa para mí "amar con compasión"?
¿En qué situaciones las críticas y las exigencias nos encierran a nuevas perspectivas y nos impiden descubrir aquello que Dios desea darnos?
Taizé
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